OCEANO MARE

David Torres Yáñez.

copyright. méxico 2008.

Una barca pintada entre el mar y yo, rota en su casco, habitada por pelícanos que emprendían vuelo y alamacenaban los peces; en ella carroñaban las gaviotas, un perro se protegía del intenso sol, estaba allí, acariciando el crepúsculo la brisa. En las manos Oceano Mare de Baricco, sin duda el naufragio que se someten mis ideas, lectura que exalta la belleza de las palabras, la repetición y la sucesión de etapas en un mismo lugar "Lo primero su mirada..."

Suspiro profundo brisa de mar, sonido latente ola que choca con roca perenne, promontorio inherte que pone fín a la fuerza del océano. Cálido rojo es mi cielo, sol que se esconde, luna que asoma su mirada burlona, entre día y noche la barca pintada entre el mar y yo.

Restos de peces, espinas clavadas en la arena como en el corazón que queda. No habrá más luz para seguir leyendo, suspiro. Como quisiera guardar en un frasco éste momento perecedero y llevarlo hacia ella, como el niño que guarda la brisa para llevarla a su madre.

Agoniza el día que comido por la noche sede ante las sombras que proyecta ténues la luz de la luna, no queda más remedio, darle la espalda al océano y dormitar con el aleteo de las aves.

No queda más remedio, darle la espalda el día, despertar únicamente cuando hay día y noche, ser parte del crepúsculo, solamente así vivir, nada más, los pelícanos comeran por mi, mi amigo el perro asoleará por mi. Yo seguiré soñando, pensando en como enfrascar ese momento perecedero y nada más... Seguro llegará el momento en que me trague la marea...