El Camino a Santiago o la recuperación de la Fe.

El fin de semana pasado he vuelto hacia el camino a Santiago (Izucar de Matamóros Puebla) un lugar al cual no regresaba des de la infancia. Era tradición familiar cada 25 de julio visitar el santuario de esta región, ya que mi familia es de fe católica y veneran a Santiago Apóstol.
El camino empezó desde el viernes 24 de julio, pasando casi 3 horas y media, en medio de un caos vial en la salida a Puebla de la Ciudad de México, para llegar poco después de media noche al pueblo de mi mamá (Ecatzingo, Estado de México) para únicamente dormir dos o tres horas para seguir el camino hacia el santuario.
Lo más hermoso de Ecatzingo, es que en este tiempo donde el calor es pesado en el DF, aquí el clima es un tanto fresco debido a su cercanía al Popocatepetl (5km aprx), total, que se puede respirar un aire puro de lo más encantador, sin embargo, era tal el cansancio que fui a dormir para que a las 3:30 am me levantara el despertador de mi celular (con la canción "Hoy llueve, hoy Duele" de A.Sanz), aprovechar el sereno para respirar nuevamente el aire puro que destruiriá al encender un cigarrillo, trepar cosas a la camioneta y enfilarnos, (mi tío y tía, una prima, mi sobrino, mi mamá y yo.)Mi posición de copiloto exigía mantenerme despierto y conversar con el piloto, pero no me salía conversación alguna, por lo cual, a los 5 minutos de empezar el viaje puse la música en los altavoces del celular y para mantenerme despierto pasamos por varios temas de Gustavo Cerati. Escuchar Sudestada a las 4 de la mañana atravesando un bosque, era más que poético, era dar gracias al mundo por vivir. Entre canciones de Sanz, Manolo García, Muse, Elefantes, Heroes del Silencio, Bunbury, Soda Stereo y una que otra menos trascedental. llegamos al filo de las 6 de la mañana a Santiago.
Encontramos a otros familiares que iban en otra camioneta, visitamos al Santo y rogamos por que nuestras penitencias fueran perdonadas, entre nuestras caras de zoombies, yo no creí tanto en la fe que el santo me pudiera dar o los favores que como santo me debía cumplir por el simple hecho de irlo a celebrar en su día (eso me recuerda que el siguiente año es jacobino y quizá vaya a Santiago de Compostela) Sin embargo, me nutrí de la fe de las personas, creo en la fe de las personas, entonces me di cuenta de lo importante de los rituales para el ser humano, en este aspecto los rituales son una fuente para sentir amor hacia la vida (joeer! ¿y el asco existencial?). Después de escuchar mariachis a las 7 de la mañana en honor al santo patrono de Izucar, escuchamos una misa y emprendimos nuestro regreso hacia Ecatzingo.
Sin embargo, parte del ritual de mi infancia era pasar a Yecapixtla a comer tacos de cecina y bueno me eche unos cuantos, no regresamosa Ecatzingo sino que estuvimos con familiares de mi tío en un poblado cercano Ecatzingo llamado Atlautla (Edomex), donde aproveche para dormir unos 30 minutos y que nos llevan a otro pueblito ya que también veneraban a Santiago y nos invitaron a comer.
Pero bueno, que comida, si en México no hay hambre, las personas más humildes en honor del Santo Patrono, hacen mole en sus casas, pero no cualquier mole, sino un mole exquisito, de verdad, eso me hace sentirme siempre orgulloso de mi pueblo, no habrá los coches más lujosos, las casas más grandes, las pantallas de plasma, sin embargo todo mundo come de todo, sin preocuparse por los estereotipos imperantes en una sociedad urbana. De allí que haya recuperado la fe en las personas y sobre todo que yo sin merecérmelo, sin ni siquiera acudir hacia los favores de un Santo, creo que el santo obró sin que yo lo pidiese, hizo un milagro hacia volverme a remontar sobre la fe de las personas, creer en las personas. Porque como dice un viejo conocido (Sanz) "México no sólo es hondo, sino profundo" sobre todo, pensar que todos los días del año hay una fiesta donde las personas reunen su fe para sentirse contentas en este mundo que es tan injusto, donde la violencia de nuestro país alcanza cifras inimaginables. Pedir fe en uno mismo para cambiar las cosas, eso si se puede lograr. Maldito mundo, benditas gentes (bueno... algunas, porque hay cada ogt). No cabe duda que las personas humildes siempre emergerán una fe en mi.

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