El día del profe...

Nacho pudiera parecer como cualquier otro niño, pero creo que cada día alimenta mucho de mi ser, él va en segundo de secundaria y padece un autismo, pero le hacen convivir con muchachos de su edad, pronuncia pocas palabras claras, le encantan las revistas. Nacho siempre me toma la mano y hace que con mi dedo señale las imagenes de sus revistas, me enseña como es su mundo, lleno de colores. A pesar del autismo, Nacho es rebelde, siempre distrae a las personas para en un descuido tomar lo que él quiera, ya sea una computadora o tomar un alimento que no va en su dieta; como cuando fuimos a Puebla, distrajo a Laurita y de un sólo trago se terminó su coca-cola. Siempre está en compañia de su maestra Lupita, quien todo el día le está eneñando las letras, palabras, imágenes.
Hay momentos en los cuales la maestra Lupita lo deja a Nacho con nosotros en la oficina para cuidarle un momento; pero es un torbellino, quiere agarrar todo o jugar con las computadoras. Yanet pone en su celular la canción de Hakuna Matata que Nacho disfruta y si pudiera cantarla lo haría de cualquier forma, en su balbuceo se demuestra la inocencia que todos vamos perdiendo con el paso de la vida.

Hoy tuve una sorpresa, Nacho en complicidad con su maestra Lupita me regaló una tarjeta del Día del Maestro, apenas escrita por él, pero de su puño y letra decía: MUCHAS GRACIAS, FELIZ DIA DEL MAESTRO.

No cabe duda, que la vida nos da buenos golpes, buenos consejos, pero hay personas especiales que nos hacen pensar, personas que en su inocencia nos permiten encontrar el alma más transparente, sin duda, no es el detalle de la tarjeta, si no, el agradecimiento de alguien que quizá no te lo puede decir. Ya que ninguno de mis alumnos me felicitó o algo parecido, pude encontrar en Nacho, lo único que quería, un aliento para seguir enseñando lo que me gusta.

Quizá nadie se acordó del día del profe para mí, sólo Iovana una de mis alumnas que también me hizo una tarjetita muy chula. Me queda en el corazón un suspiro de la vida y hoy me di cuenta que mis maestros son muchos de mis alumnos, incluso Nacho, el más grande de ellos.

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