¿HAY?

Que los buenos momentos son efímeros, bajo el desquisio del presente incierto lo único certero es el océano de dudas. Como quisiera guardar la noche en la cual los pies no se resiten al baile, cuando los testigos son los centenares de focos en los cerros de alrededor y unos ojos se dignan mirarme.

Somos testigos de un presente descompuesto en fragmentos de pasado, somos luchas intestinas por recorrer el tiempo, somos perdidos entre la neblina del paradigma actual de la belleza. Me he dado cuenta que para catalogar una persona bella primero he de conocerla, después he de mirarla, al final he de entablar la conversación que hace falta, la que yergue en la transparencia, la que se habla sin diferencias.

He de conversar primero con la luna y solicitarle el permiso de cambiar su inspiración por todas las mujeres del mundo, he de celebrar que hay cosas que mirar más que la desgracia de la humanidad.

Hay dos puntos que convergen, que distan de ser lo mismo, hay dos líneas disparadas en trayectorias diferentes, hay silencios y sonrisas matizadas de claridad, hay divergencias que se unen. Hay una voz que canta y ninfas seduciendo el pasado perfecto, sirenas varadas en el muelle de la existencia, hay sonidos que se renuevan del pasado, oraciones en idiomas que no comprendo, bailes y aquelarres en honor a dioses de otros tiempos. Estoy aquí admirando el paisaje, conversando con las letras.

Hay un sístole que se resiste al díastole, hay brillo de ojos por los que hoy puedo decir que vivo y no me muero. Sonrisas atadas a un globo aerostático y que vuelo sobre el Valle de México. Hay confusión, maldita confusión que me hace perder los pisos; he visto olas chocar contra mi cuerpo y derribarlo para arrastrarlo tierra adentro, hoy veo que cosas no veo como el silencio.

Hay, un símbolo de un corazón formado por tus manos...

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