"NON LO DIMENTICARE MAI..."

Ofrezco una disculpa a esos espectros del pasado por invocarlos, por hacerlos el día de hoy presentes de la historia que cargo al hombro. Perdonad fantasmas que vuelven, como ese de la navidad a mostrarnos lo que ha sido de nuestras vidas.

Las personas que me conocen saben que soy bibliófilo, lo que no signfica que lea más de 30 libros al año, mi record fue en 2008 cuando leí 77 y la mayoría fue ensayo filosófico puesto que trabajé mucho en mi tesis. Siempre me gusta digerir los libros con calma, regresar y releer algunos cuantos, justo ahora estoy intigrado en "Los Detectives Salvajes" de Roberto Bolaño a la par de "La Idea de Justicia" de Amartya Sen, empresa nada fácil puesto que tambien he preferido dormir todas las horas que no había podido a lo largo del año.

En ese acomodar de libros empezé a hojear todos los que me han regalado y llegué a contar 26 libros dedicados entre amigos y personas del pasado, así como me di cuenta que en lo que más he gastado en la vida ha sido en libros y en fiesta, binomio tan disparatado.

Entre esas dedicatorias hay una de septiembre de 2004 que entre toda ella versa la frase "Te amo mucho, recuerdalo siempre..." fue el último libro que me regaló esta persona, como si anticipara el requiem de la despedida, en libro tan crítico en el cual Albert Caraco (un autor hasta entonces desconocido) en su "Breviario del Caos" logra despedazar a la humanidad del siglo XX; al percatarme de tan bonito recuerdo sólo emití una sonrisa y lo volví a colocar en el lugar que le corresponde.

A donde quiero ir y expresar es que ocurre lo mismo con un libro dedicado en diciembre de 2009, donde otra persona con la cual tuve la dicha de compartir muchísimas cosas durante mucho tiempo, logra despertar los sentidos y volcar una nueva sonrisa con la dedicatoria: "Ti amo con tutto il mio cuore, non lo dimenticare mai"... nuevamente anticipando un adios que dilató un poco más, pero que a final de cuentas la historia se repitió, en este caso firmado en la primera hoja de la obra de Italo Calvino llamada "El Vizconde Demediado", una fantástica narración en la cual la lucha entre la parte buena y mala de las personas logra ser tan fuerte que hasta la confusión de lo que es bueno y malo logra despertar una reflexión profunda.

¿Recuérdalo siempre?, ¿Non lo dimenticare mai (no lo olvides nunca)?, recordar es lo mismo que no olvidar... ¿Será que me olvidé del amor? ¿Será que nunca tomé en cuenta las dedicatorias? Cada libro que regalo trato de hacerlo un recuerdo inolvidable y de expresar lo que en ese momento la mente se conjuga con los sentimientos. Las personas que me conocen saben que lo que más me gusta que me regalen son libros y en ese afecto se logra discernir entre la apreciable sonrisa y en el placer de la lectura recordar a la persona que tan gratamente nos ha ofrecido un momento de orgía literaria.

En esta analogía del recordar y no olvidar me la pasé pensando más de dos noches, dos personas tan especiales en mi vida hicieron el mismo gesto como anticipando la ruptura final, entonces viene lo que muestra Milan Kundera en su libro "La Inmortalidad": entre el arte y el artista existe un sin fin de mitos y las personas alrededor de ellos logran fortalecerlo mediante la búsqueda de la "Inmortalidad" hacerse al lado del artista para que sea él quien lo recuerde en su vida, en sus biografías, hasta en su obra de arte; el ejemplo Goethe o Rubens, quien ya lo leyó entenderá más, quien no, pues es una buena recomendación para las vacaciones.

¿Recuérdalo siempre?, ¿Non lo dimenticare mai (no lo olvides nunca)? Al momento de escribir estas líneas un amigo y excompañero de la Facultad (el famosísimo Puga) me informa que va a ser papá, así es como los seres humanos a lo mejor vamos sembrando hacia el futuro, nuestra proyección hacia la inmortalidad se presenta en nuestros descendientes, a quienes les ofrecemos el mundo que hemos heredado, por eso insisto que la historia y el pensamiento filosófico son siempre parte importante para la formación de las personas, es nuestro camino hacia la imortalidad.

Estas dedicatorias son la base de la inmortalidad de estas personas pero también el ingrediente exacto para que las lecturas sean recurrentemente citadas y sobre todo se hagan inmortales en nuestro ideario.

Recordar y no olvidar, son palabras que se van forjando como un estandarte de vida, pero que sumergirlas en los sentimientos cotidianos harían un anacronismo, agradezco a los espectros del pasado que logren hacerme recordar los errores para no repetirlos en un futuro, sin esas dedicatorias, la lectura que no es una forma estéril logra darle aún más semillas y sonrisas a lo largo de la vida.

Non lo dimenticare mai... no lo olvidaré jamás... lo recordaré siempre. Es allí que el juego de la memoria y el pasado encuentran su punto exacto, en momentos de la vida que convergen las personas para darse cariño y al final olvidarlo como una práctica cotidiana hacia las personas que vienen para el futuro.

Es por eso que no creo en los amores efímeros, cuando se ama, se ama por siempre aunque sea un recuerdo, pero se queda como algo que tiene hacia la inmortalidad, mucho he aprendido de las biografías de escritores famosos, siempre hay personas que hacen un antes y después de nuestras vidas.

Hoy me siento aquí, a sentir la brisa fría de invierno, simplemente a ver las dedicatorias como una estampa en el album de mi vida que en día se sigue llenando de tantas sorpresas y de sonrisas nuevas.

Si alguien vuelve a poner en una dedicatoria algo similar, juró en la práctica valorar más aún esas palabras para comprender que los errores del pasado por fin son desechados....
Ir hacia la construcción de nuevos ciclos tratando de esparcir la sabiduría cotidiana, la metafísica de lo cotidiano para comprender el presente...

Sigue el invierno, sigue la vida... sigue el corazón palpitando tratando de encontrar cobijo en aquella sonrisa de mis sueños... sigue la música... de fondo cajón flamenco...


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