LAS 27 VUELTAS AL SOL...

¿Qué jodidos le importan al mundo mis pensamientos? ¿Por qué publicar en un espacio que es como un escaparate virtual en el cual no sabes hasta donde van a llegar las palabras que escribes? ¿Tiene sentido la existencia? ¿Qué es la felicidad? ¿Es necesario amar para vivir?

El blog es el espacio en el cual digo las cosas a las personas de una forma indirecta, puesto que el universo se plaga cada día de la insinceridad y la sinceridad se vuelve presa del miedo de los rechazos, allí la sustancia de este aficionado a la literatura y la búsqueda del estilo de éste quien dedicarse a la escritura pretende: la metafísica de lo cotidiano como un saber abstracto que nos hace a los humanos decir y callar cosas, la orgía entre lo que se dice y lo que se calla, lo hermoso del silencio que se esconde tras las palabras, el espacio entre una palabra y otra que se puede sutituir por un suspiro, la locura como matriz de la sabiduría (Colli), esta filosofía que seduce y que me incita a vivir.

Ayer se me cuestionó sobre mi felicidad, cosa más difícil que contestar, busqué argumentos en Platón, en Aristóteles, en Ortega, no pude decir lo que es feliz, pero si puedo contestar cuando hay y no alegría, cosa bárbara, no creo que la alegría sea la fuente de la felicidad, la felicidad es una plenitud, un crepúsculo marino con olas chocando entre las rocas. Por primera vez la pregunta fue hacia mí como una flecha directa al corazón, como cuando una alumna me preguntó que era para mí un beso y contesté "una razón para vivir". La felicidad entra en ese trance, la vida del ser humano se subdivide cada vez en más en deseos y necesidades, siempre el ser humano aspira a la comodidad en todos los sentidos, algunos lo consiguen de una forma racional y otros a través del hedonismo como una forma práctica de ser.

¿De qué sirve la disertación en estos aspectos? Cada persona va adquiriendo la forma en los espacios que se desarrolla, la vida no es igual para todos, lo que significa que todos somos la posibilidad de algo que se da por el entorno social en el que nos desarrollamos, allí la complejidad de que no exista un concepto único de felicidad, existen los momentos alegres y catastróficos para todos y se le asignan en la escala de valores que cada quien se haya formado.

Me he dado cuenta que mi vida ya no se rige más por los espectros éticos y se basa en una admiración estética, lo que supone que las cosas que me parecen hermosas son aquellas que me hacen feliz. ¿Qué demonios le interesa al mundo esta apreciación mía? No lo se, ni siquiera pretendo cambiar al mundo con estos preceptos, lo único que quiero es desahogarme de todo lo que ha pasado estos días.

El año pasado fue el peor cumpleaños de mi vida, lo pueden leer en http://seronosernilounonilootro.blogspot.com/2010/01/los-26.html quizá porque fue el inicio de un final que se veía venir, la frase del año pasado fue "100 acciones buenas se derriban con una mala", lo que me hizo modificar gran parte de mi estructura psicológica y analizar muchos de mis errores para corregirlos.

Este año las cosas cambiaron y en un estado de plenitud más certero me ha llegado esta interrogante de ver que tan feliz soy y sin acuñar respusta alguna, queda un enigma más por resolver.

Sólo puedo escribir que la vida va y viene, que el trance de lo 26 a los 27 ha sido por lo demás doloroso, pero que al final, vuelvo a valorar tantas cosas de mí mismo, que veo la luz venir hacia mí, es el año en que más he aprendido a formar una verdadera personalidad. El cumpleaños 27 estuvo plagado de muchisimos buenos deseos y lo mejor es que regresaron amigos que creí jamás volverían.

La noche del cumpleaños de este año fue de lo más mágica, como si volviese a renacer dentro de mí la sustancia que alimenta la felicidad que para mí son esos espectros estéticos, doy gracias a quien me acompañó y en su abrazo pude sostener mi alma, me permitió sentir una caricia en mi rostro, yo no se que haya significado todo para esa persona, pero para mí fue un tanque de oxígeno para sostener de hilos más fuertes la existencia.

¿A quién demonios interesa esto? no me interesa en lo más mínimo, sólo se que escribiendo esto puedo platicar conmigo mismo y aclarar lo que siempre esta en el fango.

No me interesa si más viejo, más calvo, más panzón... al fin vivo, tratando de encontrar respuestas a tantas cosas y con la firme convicción de desechar las heridas del pasado.


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