Lo imprescindible: lo amado...

En estos momentos de la vida me siento como un hombre con agorafobia frente aun descampado. incierto e invadido, inunológicamente débil, un quijote derrotado por molinos de viento. Racionalidad versus idealismo, la gran realidad es que yo no puedo hallar un punto medio, en torno a ello mi vida se adquiere la forma de un péndulo.

A todo esto, la aplicación de lo realmente intenso es la liberación del alma que puede reencontrarse con los viejos amigos y volver a entablar un camino.

Se extraña lo imprescindible... ¡lo imprescindible!: lo amado.

Ayer volví a leer el Fedro de Platón (debido a que el profesor de metodología jurídica me recomendó releerlo y exponerlo en clase, para plantearnos algunas cuestiones sobre el método científico en Sócrates, que en realidad en éste diálogo se refiere a la dialéctica).

Volví a entender aquello que plantea Sócrates hacia el discurso de Lisias sobre el amor a través que amablemente lee Fedro; Lisias le da mayor envergadura al ser que no ama, mismo que se haya en un estado de incomprensión sobre el que ama; entiende al amor como un objeto deseado que puede ser efímero y se convierte incluso en un castigo (éste último término es mi interpretación); aúnado a esto, es interesante observar que Lisias pretende establecer el ser que no ama abusa del ser amado, incluso llegan hacerse odiar para no ser amados y sumerge al ser que ama en un desierto de amistad, que puede generar resentimientos, sin embargo, el ser que no ama no aspira más que a una buena amistad, mientras el ser amado se halla inmerso en el deseo.

Sócrates se admira de Lisias, pero Fedro le convence de dar su punto de vista, a esto Sócrates lanza la argumentación sobre el ser amado, a lo que yo le llamo lo imprescindible (término que retomo de Ortega). En este punto Sócrates se lanza sobre el amor como un objeto deseable para todos e incluso hermoso, para definir lo que se ama y lo amado hay que dividir su naturaleza, si al amor se le toma como una fuerza que nos lleva a la razón puede llamarse templanza y lo contrario la intempreancia. Aquí se entra también en un discurso negativo del amor, de la desgracia que puede causar un ser amado al que ama, del amor como únicamente deseo.

Dando el final del discurso, se discute en torno al uso de la retórica para plantear las cuestiones amorosas, entonces para hacer la síntesis de los dos discursos anteriores (el de Lisias y el de Sócrates).

Sócrates se lanza por un tercer discurso retomado de Estesícoro, aquí es donde se reconoce el amor como locura (manía). Este fue el que leí para mi tesis y recordé todos los conceptos que vienen desde manía, hasta el de Eros. Por tal motivo aquí es donde entra la racionalidad y lo que propone Sócrates, un método para descubirir las antítesis y poder generar una dialéctica. Dividir en su naturaleza las cosas.

Voy hacia lo Imprescindible: LO AMADO.

Ciertamente el discurso de Lisias y el primero de Sócrates logran ubicarnos al amor dentro de un objeto del deseo, lo probable de todo esto es que me sentí identificado con un sin fin de experiencias amorosas (o no se si llamarles en este contexto deseosas) y que al final logré sintetizar con lo que siempre he creido del amor, la visión platónica más pura: a lo amado se le rinde culto, el amor es un dios que se procura y se realiza mediante el cariño. Se rinde culto a lo amado porque en eso nos amamos a nosotros mismos, lo amado debe amarnos para hacerlo semejante. Se ama porque se busca un dios que procurar.

Es por eso que digo que el amor es la busca hacia nosotros mismos, saliendo del ejercicio retórico es la aspiración un deseo prolongado de inmortalidad, un prodigioso secreto que se oye a voces y se representa en una sonrisa. Lo amado es imprescindible porque como las musas y las ninfas son las potencias que mueven mi cabeza hacia la creación estética, hace volar los daimones socráticos para esparcirlos en eros, así mismo lo puedo observar en el arte.

Cuando lo imprescindible (lo amado) se ausenta (o más bien lo asusenté), el alma se encuentra en un estado de muerte momentánea y mi persona grita desesperadamente: ¡Soy un ser inanimado!..

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