Que viva el Flamenco.

Hay tantas cosas que quisiera contar que no cuento, ahora te digo que he visto algunas nubes plagadas de ilusiones con ansia de precipitarse con la lluvia. Hoy te cuento que hay secretos ocultos en un crepúsculo y un abismo esperando cruzarse en el camino para no volver más.


Llevo meses encerrado en el cuarto oscuro esperando las sustancias de la vida para revelar las fotografías que se han plasmado estos meses sin escribir y ya no encuentro el sentido. Me he perdido en un par de aforismos, en un cuento que no cuento, en una novela que no va más allá del clímax, en ensayos de filosofía que no respiran. El presente escrito también es un borrador de hace tiempo y al publicarlo saldrá con una fecha cuando empecé a describir aquello que traen las nubes, esas ilusiones al borde de la flagelo de sí mismas.


Hoy volvieron las musas a respirar sobre mi hombro y aquí las pongo a los pies del lector para que mitiguen esta lluvia de septiembre y mitiguen el universo de lo concreto que guardaré en un bolsillo. Aquí están las herramientas listas para engranar el sentido de las cosas, para colmar de surrealismo y entonces se conjugan en la mente: una mujer extravía su mirada en los dedos de sus pies, su rostro se sonroja, estoy tan cerca de ella que el silencio se puede quebrar con el sonido de un beso, el aire es el híbrido de nuestros suspiros, el ritmo cardíaco acelera, esa mirada cabizbaja no da buenos augurios. Silencio, contemplación plena, la razón trata de capturar ese momento.... No es que sea amor, es el adiós.


Es hora de terminar lo que escribo, de no contar lo que pretendo, de cerrar aquel momento y ese recuerdo... meses sin escribir, ahora lo comprendo.. todo fue por eso...


¡Que viva el flamenco! tanto me une, tanto me aleja.... Ahora "tientos"...






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