(Pintura de Remedios Varo) |
Ahora en el espectro de divinidad que nos enfrentamos, las personas ya no logran concebir el mundo en derredor como el único, si no que la "virtualidad" llega a convertirse en realidad cuando las acciones de los individuos logran concretarse. Allá voy con el encanto.
El Encantamiento no es una disminución del intelecto, si no su simple penetración en otro ámbito de la realidad, el encanto es la magia que mueve a los individuos, es una nueva forma de comprender el universo en donde las personas desnudan sus pensamientos y logran entablar comunicación quizá con gente que no es parte de la vida circundante, ello debido a los temores o a la monotonía que de las relaciones directas de las cuales se empaña. Como en todo la maldición de Aristóteles de hace presente: poner en balance la virtud y el vicio, alguien más dirá, la pasión y el intelecto.
Pero si el arte y el amar se hacen con pasión ¿por qué incluso habría que criticar la distancia en tiempo y espacio, más no en ciber-realidad? en un mundo cuasi racional, donde todo debe ser medido incluso hasta el aire que se respira se vislumbra lo que en algún momento la novela de ciencia ficción percibía: un mundo de autómatas engendrando la razón por un lado y por el otro personas enraizadas únicamente en la divinidad. Tal parece que nos remontamos al Imperio Romano previó a la unificación de Constantinopla, buscando la univocidad que impere el orden de la realidad.
El Encantamiento es una fuerza mental que se representa en la creación artística, poética y filosófica (por mencionar las que yo creo, seguro hay más). Allá voy, dicho arte se elabora en el amor hacia algo, ¿real o no real? da igual, no interesa en lo más mínimo. Amar significa reflejarse en el otro, amar, significa tanto que no se puede imaginar. El encantamiento es esa parte y racional o no, su resultado es la comprensión divina y real del universo. Encantamiento, magia, amor, racionalidad, vida... sólo espero encontrarte nuevamente en aquel sueño, en aquella vida, si tú seas quién seas...
Ya verás que la encontrarás, sea quien sea, es cuestión de fe.
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