La absurda lucha eterna.

La ignorancia llama al otro, el silencio lo prueba todo y al final la lucha constante entre el bien el el mal es la que termina ocupando el escenario de la vida. Pasa algo cuando ya las cosas se ven más allá del bien y el mal, cuando el espectáculo son simples imágenes morales del mundo y es que en ese momento los espectadores ya no toman partido por un lado o por el otro. Hay que tener mucho cuidado entre el pensamiento y la acción, mientras la primera es parte de la expectación, la segunda es la invitación al decorado. Bien lo comentaba Ortega y Gasset, somos disparados al mundo como una flecha  que puede tomar varios rumbos; somos como lanzados a un escenario donde no hay guión. Algo complejo pero que a la vez jugamos ese juego especular y actuar, lucha constante entre el pensamiento y la acción.

Las palabras juegan su rol importante, no son extremadamente acciones, si no pensamientos que tal cual Apolo con una flecha hieren desde lejos, a veces las palabras duelen más que las acciones... Allí sólo el juego de la simulación...

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