"The Cage"


Los caminos se cierran, de pronto los meses pasan, los días van haciéndose tediosos y en todo eso ya pasó una primavera, un verano, un otoño y un invierno. A través de la misma ventana los colores de las plantas van cambiando con los días, a veces podan todo aquello que va rompiendo la visibilidad para que te vigilen. De repente te encuentras a ti mismo desnudo de alma y te sorprendes de lo que realmente eres, una conjunción entre la racionalidad y las emociones. Incluso la creatividad sale a flote. A veces no sabes donde tirar, sí de un lado, si de otro, pero resistes , sabes y tienes la esperazna que un día será diferente todo. 

Y cuando llega la diferencia, ya no son los muros y las estaciones del año, sino que las construcciones que se habían quedado entre muros siguen siendo las mismas. Entonces el ser humano impone así mismo sus penitencias. Las lágrimas no dejan de ser las lágrimas  a veces más hondas y más rotas. No deja de ser lo mismo en ese aspecto multi diferencial donde se confunde la libertad de acción y la libertad de pensamiento. 

Lo que admiro de casi todo ser humano que ante la adversidad es que suelta esa sonrisa. 

La sonrisa que no le debe faltar a todo aquel que pasa por un mal momento. Esa sonrisa que puede ser un segundo pero sirve para decir que la vida no ha terminado y siempre habrá un después para conjugar el instante preciso en el cual las cosas se irán acomodando para volver a ser plenos. 

Y venga que esa sonrisa me haya quitado esos miedos. Que puede que hayan sido los mismos miedos e inseguridades antes y después de la jaula. Pero bueno. Basta de ilusiones mi querido "Fausto", basta de literatura, mi querido Virgilio en "La Eneida". Basta mi querido "Ulises" de James Joyce...

Todos hemos vuelto del infierno... 

Basta de todo y basta de nada... Hoy si te contradigo mi José Alfredo, La vida vale y mucho... me di cuenta cuando vi esa sonrisa...

Cada quién construye su propia jaula.




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