"La Mujer Salvaje y la Pequeña Amante" (El Spleen de París de Boudelaire)

"Los amantes" Rene Magritte


Hace unos días me llamó la atención algo en esta obra compilada de Boudelaire "El Spleen de París" que es muy recomendable si uno es lector de aquel jóven de la poesía maldita, estos versos en prosa logran desatar muchas vertientes. El asunto es que en un escrito que se llama mucho la atención  "La mujer salvaje y la pequeña amante" y que versa así: 

"... Si al menos tus suspiros expresaran remordimientos, te harían algún honor; pero no traducen sino la saciedad del bienestar y el agobio del reposo (...)Tal monstruo es uno de los animales a los que se llama generalmente "ángel mío", es decir, una mujer. El  monstruo, que grita a pulmón  herido, es su esposo. Ha encadenado a su legítima mujer y la exhibe en los suburbios, los días de feria, y con el permiso del magistrado.(...) "Así son las costumbres conyugales de estos dos descendientes de Adán, ¿esas obras de tu mano, Dios mío", Esta mujer es incontestablemente desdichada, aunque despues de todo, a caso, no le sean desconocidos los goces de la gloria. Hay desventuras más irremediables y sin compensación. Pero en el mundo en el que ha sido arrojada, no ha podido creer que la mujer mereciera otro destino..." 

Es interesante la observación de Boudelaire que incluso sin tanto regodeo es más certero que el mismo Flaubert en "Madame Bovary".  En este escrito ya está describiendo eso que ha pasado en todos los tiempos de la humanidad, aquello que incita a la ruptura de la moral establecida, cuando los sentimientos son otros:  El hombre que destina su tiempo para exhibir a la mujer como un objeto. Boudelaire se asume como el amante de esa mujer, que la quisiera libertar , esa de transitar por su piel en todos los infiernos por habitar: "¿Y qué pueden significar para mí todos esos suspiros que hinchan tu seno perfumado, robusta coqueta?". 

Por eso Boudelaire es revolucionario de las letras, pero también (a la par de Nietzsche) se atreven a describir perfectamente que el mundo está lleno de contradicciones. Busca el poeta maldito ser la salvación, pero le dice expresamente que no quiere más  lloriqueos, de tratarla como la mujer salvaje porque aquel hombre la ha tratado ya como algo domesticado. 

¿A dónde  va la reflexión? A la complejidad del ser humano en su orfandad, a la búsqueda a veces del placer, de la ruptura con lo impuesto. A  todo aquello que la vida nos hace sentirnos vivos. Pues hace un siglo y medio Boudelaire trataba ya de decirle, tú mujer eres la que construye tu propio destino, incita, desmoraliza adentra en el terreno de los sueños y las emociones a un quiebre de la vida impuesta. A Lo que digo yo:

Un siglo y medio después, mujer y pequeña gran amante que buscas en la vela una luz al medio día que rompes y escribes, que eliges, creas, sorpendes e incitas a lo que tú quieras. Mujer que contemplas que cabizbaja ves como el destino se te va con las manos. Nada más sagrado que tu voluntad, aquella que se decide por lo que tu quieres. tienes también las riendas de cambiar tus caminos, de emprender nuevos viajes e incluso de surcar  hacia otro barco porque nadie es dueño de nadie. La vida es un arrebato de momentos donde se comprende el universo con los ojos del corazón que van sangrando para no volverte a ver y no petrificarme. Insisto, en el tiempo que no es más que un recorrido de sueños y de comportamientos que todo mundo dice por dónde hay que ir, cuando no había que darse cuenta de nada cuando no hay metros ni lugares para caminar. Comprende la palabra voluntad, que es tan difícil como el momento en que pones un pie debajo de la cama al despertar, con la voz que controlas el tiempo. Allí el significado de la vida, el que le quieras dar. He escarbado en los túneles del alma y regocijado la piel de tus deseos, he comprendido que de amor nadie se muere... sino que uno muere por voluntad propia... 

Mujer de mil sonrisas.. de mil suspiros que alejaron el tiempo y que dejan el aroma de tu comprensión... es allí donde ya no yergue el mito de volvernos héroes para volver amar. Estás allí, disimulando no verme como escondida tras las redes que  implican el pensar.... Embriagas con los vinos de tu dulzura  el calor de un verano cuando hoy es invierno, me sorprendes con tus rimas y sonrisas de diez mil gestos. Y entonces me doy cuenta... que salvajes ya fuimos y que lo volveremos a ser en el momento que decidas... no esperaré tras el océano, ni me entretengo en las curvas de tu silueta... simplemente porque más allá que aquel domador con el que existes... yo digo que no hay nada más sagrado que tu voluntad. Que tanto pesa la libertad. 

!Maldito Boudelaire! tenías razón cuando le decías: ..."Si desprecias el madero (eso soy ahora, como lo sabes bien), cuidado con la grulla que te hará crujir, te engullirá y te matará a su placer." 

No es que sea París, es que es el mundo entero... es que todavía no nos enseñan después de tantos siglos en la humanidad a ser sin ser complejos. El amor es la única llama e ilusión, tanto imaginario, tacto explícito de alegrías, no simpre el fangor doloroso de agonías. El amor no es lenguaje, es un mudo hablando sin entendimiento y sanación. Llamarse amante es llamarse amar... y si no es amar simplemente es complejizar. El mundo estan basto y tan fruto que se debora así mismo como el Dios Cronos.. el amor devora a sus propios hijos o los insita al andar. El amor cambia el  sentido de las reglas y el erotismo su arma de doble filo que incluso sirve para autoinmolar. 

¿Los tiempos cambian o es la vida la qué cambia? 

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