EL HONTANAR DE LA EXISTENCIA..

¿Hay acaso un tratado de medición del egoísmo? Ya lo decía Max Stirner: lo característico del ser humano es su tendencia innata hacia el egoísmo. ¿Acaso podremos subir al hontanar de nuestra existencia, de dónde brotaron nuestras ideas para forjarnos la personalidad hoy día y mirar desde allá como fluimos a través de la vida? En suma, pocas veces nos ocupamos de cierta tarea y por decirlo es casi imposible. La reflexión y la meditación han sido los elementos que me ha brindado la filosofía para poder lograr ese cometido, sin embargo, he tropezado últimamente con la racionalidad, así como,  el mundo real que exige cada vez más la pérdida del ascetismo inherente a mi persona. 

Es así como se brinda la vida, la realidad perpleja, donde tomar una postura sobre ella exige por ahora entrar en el vacío, romper con los sueños e ilusiones que desde años se fueron elevando hasta que me han soltado desde lo alto y yo sin paracaídas. Aunque no he tocado piso estoy en ese trance donde el viento arrastra el cuerpo de un lugar hacia otro esperando el deceso final que termine por derramar más que la vida hacia ningún lado.

¿Qué hay en ese vaivén? El desastre natural de comprender todo lo que rodea sin comprenderse así mismo. Es pues que loa realidad exige congruencia aunque esta no esté con las ideas de la mayoría. ¿Dónde quedaron las ilusiones de revolución y de cambio? minadas, lo decía Ortega y Gasset: "la revolución devora a sus hijos..." y así como Saturno en la apología de Goya que lo representó, la vida no es la deidad que devora, si no las ideas van saciando una a otra, bien decía Lacan que cuidado con el deseo porque cuando éste se cumple deja de ser deseo. Es en ese eterno festín de idealismos que mi razón ya no haya el sendero adecuado, como cuando en la juventud había emprendido esa misión.

Estos días, esta noche... que el perro duerme bajo las cobijas de su espanto por la lluvia y el alma le hace compañía, el egoísmo, ese eterno conjunto de acciones del cual ningún ser humano se desprende, conlleva la misión en cada cual de diferente manera, quizá conmigo al denotar estas letras, el hacerme presente a un mundo del cual no soy el responsable, pero que encima lo siento así.
Al no encontrar más que diferencias y ningún acuerdo empiezo a creer en las palabras de Oscar Wilde: "Si la vida es, con toda seguridad un problema para mí, yo también a la vez soy un problema para la vida..."





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