Me rindo ante tu frío, ante lo frío de tus palabras, ante el abrazo de cariño, ante tus palabras, me rindo ante ti que me brindaste un abrazo, ante los ojos abiertos en aquel abrazo, ante la vaguedad del tiempo, del silencio que me marcó como la noche aquella donde no dormí por pensarte. Ya no se si fue la música, la literatura, la academia o el amor que me arrastró a ti. Se que fueron varios los cómplices de este encuentro, de este silencio, mis amigas, gente que me hace soñar. Allí te veo Sandra, ayudándome a echar de mí el nudo de la garganta y dándome el mayor ánimo, ya te veo Natalia dándome tantas sonrisas, contándome tantas anécdotas. Ya te veo Bogotá desde Montserrate y el sol con aire helado que me hace suspirar, ya te veo complicando mi vida, complicando mi ensueño de atardecer. Y me abrazas con el aire frío Colombia, me abrazas sin más.
Te veo Colombia atado a mi por el café, por la música popular, por la música de un señor que me ha llevado allá. Ya veo la báscula marcar en mi maleta el peso de las ilusiones que van cargadas y el amor que digo profesar. Ya veo la poesía que me dan tus calles, ya veo el cielo, tus montañas, ya veo del bosque mi recuerdo...
Lo demás queda en tus muros, Medellín, cielo rojo, sólo tú eres el testigo de todo el mar de emociones que llegaron en el caudal de tu río. La obra de Botero es testigo de los latidos de mi corazón por tu tierra... Por lo demás no tengo que hablar... no se si sea meritorio, para mi significa un cambio radical en mi vida. Gracias por darme tanto sin merecerlo....
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