EL MEJOR REGALO DE NAVIDAD...

"El Quijote" Salvador Dalí.

Gracias a la vida, mi mejor regalo de Navidad que hoy pueda estar escribiendo desde casa, que pueda mirar los atardeceres desde lugares distintos, que pueda estar abrazando a mi familia a pesar de que la monotonía luego nos gana. La vida es un instante en aquel que quizá la mayor parte del tiempo me la paso en el analisis existencial del mismo. ¿Qué va? no soy el único que lo hace, así se fue fraguando mi estancia en este mundo en el cual mucha infromación nos carcome el cerebro todos los días y simplemente nos aisla también, es un efecto doble. ¿De qué sirve esto? La vida es más interrogante que respuesta.

Uno se siente  cuando alguien te dice "eres mi mejor regalo de navidad y de todo el año eres de lo mejor que me ha pasado". Lo más curioso es que yo intentaba serlo, nunca creí que lo había logrado. Aquí viene la cuestión de la reafirmación del ser humano. Lo que la teoría social y en específico la herméutica del sujeto (explicada por Paul Ricoeur y en especial Foucault), lo que se dice el reflejo en el "Otro" Pero no ahodaré en ese tema tan basto. Sólo puedo decirle a la persona que me dijo estas palabras:

Este año quizá fue de los más difíciles para ambos, no ha sido fácil reafirmarme en esta sociedad, pero estuvimos los dos, como pensando en la playa, como para emprender los sueños, esos que ni siquiera hemos tocado para no echarlos a perder.  Lo entendiste, lo supiste afrontar y nunca dependiste de nada de nadie para sacarlo adelante. Quizá eres lo que la cegera permanente no me ha dejado mirar, pero aprendí algo importante de ti: la reafirmación empieza siempre por uno mismo: el valor, la independencia y el razonamiento curioso es esencial para enfrentarnos a la vida. Eres la única sincera que ha exaltado mis virtudes y ha remarcado mis errores pero a pesar de tu desesperación me enseñaste algo tan difícil: paciencia.

Yo no tengo más que regalarte, dos brazos para poder abrazarte, dos ojos para poder reflejarte en ellos encontrarme, encontrarte... tengo dos pies para caminar, una esperanza guardada en el fondo de la verdad para emprender un camino, no tengo nada que ofrecerte más que lo que soy, ese regalo de navidad que no se si sea digno de serlo. En tu frialdad siempre tendrás mi corazón para cobijarte, mi pecho a prueba de nada y ansioso de tus besos; tendrás mi sonrisa al alba tan sólo para existir. Al final, efímeros o perpétuos... siempre será un espectáculo para el universo tu mano en mi mano... Al final, si no hay acciones todo queda en bellas palabras.

No hay que esperar a la Navidad para otorgar perdón y tampoco para poder decirte que eres una parte de mi sonrisa diaria... también allí te quise colocar... sólo es cosa de querer. Pero, sabes, mi mejor regalo de navidad es tu sonrisa, eres tú, mi día a día.


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